
Las semillas que dieron origen a Mandragora: Whispers of the Witch Tree, el próximo RPG de acción de Primal Game Studio, comenzaron a germinar en 2016. Fue entonces cuando dos de los líderes creativos del estudio, ambos apasionados artistas y diseñadores de videojuegos, viajaron a Irlanda y quedaron cautivados por la riqueza mitológica de la isla. Esa chispa de inspiración floreció con el tiempo, alimentada por las profundas raíces del folclore europeo y la influencia de algunos de los títulos más icónicos del género. Entre todas las fuentes de inspiración, ninguna resalta tanto como Dark Souls de FromSoftware, cuyo ADN está profundamente tejido en el núcleo de este nuevo proyecto.
La impronta de FromSoftware en la industria de los videojuegos es innegable. Desde el lanzamiento de Dark Souls en 2011, el estudio japonés ha redefinido el diseño de niveles, la narrativa ambiental y el sistema de combate basado en precisión y resistencia. Sus mecánicas han sido replicadas en innumerables títulos y han dado origen a los términos “Soulslike” y “Soulsborne”, utilizados para describir juegos que siguen su filosofía de dificultad y exploración meticulosa.
Es evidente que Mandragora: Whispers of the Witch Tree bebe de esa misma fuente, presentando un mundo misterioso, una historia que se despliega a través del entorno y un sistema de combate que recompensa la paciencia y la estrategia. Las clásicas barras de salud y resistencia, elementos esenciales en Dark Souls y Elden Ring, están presentes aquí, estableciendo un lenguaje de diseño que resultará familiar para los veteranos del género.

Pero Mandragora no solo se apoya en las sombras de FromSoftware; también abraza las mecánicas características del género Metroidvania. Este subgénero, popularizado por las series Metroid y Castlevania, se centra en la exploración de mapas interconectados, el desbloqueo progresivo de habilidades y la búsqueda de secretos ocultos. Los desarrolladores de Primal Game Studio, conscientes del linaje sobre el que construyen su obra, han tomado las mejores piezas de ambos mundos y las han fusionado en un solo juego. Sin embargo, no se limitan a copiar: reinterpretan y moldean estas influencias para crear algo que se sienta fresco y único.
En un evento de vista previa previo al lanzamiento del juego el 17 de abril, el equipo de desarrollo expresó con orgullo sus influencias, pero también dejó en claro que su intención no es simplemente rendir homenaje. “No estamos tratando de ser una versión pura de múltiples géneros al mismo tiempo”, explicó Alex Pearson, gerente de marketing de la comunidad. “Estamos mezclando y combinando todas las cosas que más nos gustan para crear una experiencia nueva pero familiar”.
Y después de probar la última versión del juego, puedo decir que ese objetivo se refleja en cada rincón de Mandragora. Desde su dirección artística hasta sus mecánicas de combate, todo en el juego está diseñado para sumergirte en un mundo que es tan evocador como desafiante.
Un mundo pintado con sombras y luces
Uno de los aspectos más llamativos de Mandragora: Whispers of the Witch Tree es su mundo bellamente construido. A pesar de jugarse en un plano 2D, el juego es renderizado en 3D, lo que permite una profundidad visual impresionante. Las ciudades y aldeas están llenas de detalles vibrantes, con NPCs que reaccionan a tus acciones, ya sea observándote, criticándote o retractándose una vez que descubren tu identidad. Cada rincón del mapa está cuidadosamente diseñado para recompensar la exploración, con secretos escondidos a solo unos pocos saltos o ataques opcionales de distancia.
El juego corre en Unreal Engine, lo que le permite alcanzar un nivel de detalle impresionante. La estética pintada a mano y las animaciones fluidas añaden un toque de realismo y surrealismo al mismo tiempo. Es un mundo que se siente tangible, vivo y, al mismo tiempo, atrapado en un velo de misterio y melancolía. Faelduum, el reino en el que se desarrolla la historia, está sumido en una crisis provocada por una entidad maligna conocida como la Entropía. Esta fuerza oscura corrompe el mundo, dejando cicatrices visibles en el paisaje y afectando a sus habitantes de formas impredecibles.
Como jugador, tu misión es luchar contra la marea creciente de oscuridad y restaurar el equilibrio. Y el primer paso en este viaje es elegir tu clase inicial.

Clases de personajes: Más que simples arquetipos
La demo de Mandragora presenta tres clases jugables, pero el juego final contará con seis. Sin embargo, el sistema de progresión permite a los jugadores desarrollar sus personajes de manera flexible, combinando habilidades y creando híbridos únicos. “No estás limitado a una sola clase”, explica Krisztian Varaljai, director de desarrollo. “Puedes expandirte en cualquier dirección dentro del árbol de talentos”.
El árbol de habilidades es inmenso, con más de 200 opciones de personalización. La idea es que puedas comenzar con una clase enfocada en la magia y evolucionar en algo completamente distinto con el tiempo. En mis sesiones de juego, probé las tres clases disponibles:
- Vanguard: Una opción clásica para los amantes del combate cuerpo a cuerpo. Equipado con una espada y un escudo, este guerrero puede bloquear y contraatacar con precisión. La mecánica de parada perfecta es una de las claves de su éxito en el combate.
- Spellbinder: Una clase enfocada en la magia, capaz de disparar rayos de energía desde un cristal flotante mientras empuña una espada en la otra mano. Su combinación de ataques a distancia y cuerpo a cuerpo lo hace extremadamente versátil.
- Nightshade: Un asesino ágil que usa dos dagas. Ataca rápidamente pero inflige menos daño por golpe, lo que lo obliga a mantenerse en movimiento constante.
Cada clase ofrece una experiencia distinta, y la dificultad del juego radica en dominar sus fortalezas y debilidades. Además, en el lanzamiento se agregarán tres clases más: el Flame Weaver, que controla el fuego; el Chaos Keeper, con habilidades basadas en la naturaleza; y el Vindicator, que manipula energías celestiales.

Desafío ajustable: Una experiencia accesible
La dificultad en Mandragora es flexible, permitiendo a los jugadores ajustar parámetros como la salud de los enemigos, el daño recibido y el costo de resistencia. Esta personalización hace que el juego sea accesible sin comprometer su esencia desafiante.
“Queríamos que Mandragora ofreciera una experiencia creíble”, explica el diseñador Gabor Szabo. “Si un enemigo es un zombi torpe, se moverá como tal. Pero si enfrentas a un asesino hábil, se comportará de manera inteligente”. Esta filosofía se aplica también a los jefes, algunos de los cuales son enormes y poderosos pero predecibles, mientras que otros son más ágiles e impredecibles.
En sus primeras horas, Mandragora demuestra ser más que una simple combinación de influencias. Es un juego con una identidad propia, que equilibra el desafío con la accesibilidad y ofrece una narrativa profunda y un mundo fascinante por descubrir. Con múltiples finales y una duración estimada de hasta 50 horas para explorarlo por completo, este título promete ser una joya dentro del género Metroidvania y Soulslike.