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Lords of the Fallen: Un Abismo sin fondo – Review

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Release Date
Octubre 13, 2023
Desarrollado por:
HEXWORKS
Publicado por:
CI Games
Genero:
Acción, Aventura, Souls Like
Plataformas:
PC, PS5, Xbox Series X|S
Our Score
7

Lords of the Fallen – Soy un ferviente defensor de aquellos juegos que la mayoría tiende a ignorar, esos títulos que son rápidamente descartados y criticados sin piedad. Son esos juegos que, cuando menciono que me gustan, la gente me mira con incredulidad y exclama: “¿En serio, ese juego?”. Pero hay un placer especial en descubrir lo que otros no ven, en celebrar las rarezas y virtudes que se esconden tras una primera impresión. Lords of the Fallen, el Soulslike de 2014, es precisamente uno de esos tesoros ocultos.

Con ideas intrigantes y un potencial palpable, Lords of the Fallen sufrió la desdicha de ser comparado con Dark Souls, al ser uno de los primeros en intentar seguir sus pasos. Sin embargo, lo más fascinante es que, a pesar de la recepción mediocre que tuvo, el desarrollador HEXWORKS decidió retomar el desafío, ofreciéndonos en 2023 una reinterpretación audaz y renovada del mismo nombre.

Ante un mar de dudas y escepticismo, esta nueva entrega no solo recoge las lecciones aprendidas durante casi una década, sino que, lamentablemente, también reincide en algunos de sus viejos errores.

Lords of the Fallen es un juego de rol de acción que te permite elegir entre más de nueve clases, cada una con su propio enfoque en el combate. Desde un caballero imponente hasta un brutal vikingo conocido como “Hombre Lobo”, pasando por un piadoso clérigo, las opciones son variadas y fascinantes. Pero fue el Ranger quien realmente capturó mi atención, un personaje que evoca al cazador de Bloodborne con su estilo astuto y sigiloso.

Este Ranger es la encarnación de la versatilidad, armado con un arco y un hacha de caza, permitiéndote adaptarte a cualquier situación. Con él, te embarcarás en una épica aventura a través de las vastas y sombrías tierras de Mournstead. Tu misión es clara: derrotar a los colosales jefes que dominan cada bioma en una cacería implacable del oscuro y poderoso dios Adyr. Pero tu travesía, lejos de ser sencilla, estará plagada de desafíos y peligros impredecibles.

Desde el principio, Lords of the Fallen impresiona con su diversidad visual y biomas envolventes. Lo que en su predecesor eran monótonos pasillos de castillos, aquí se convierte en paisajes vibrantes: acantilados rocosos que resplandecen bajo una luz solar dorada, pantanos fétidos que parecen susurrar secretos antiguos, e inquietantes cuevas que ocultan horrores desconocidos. Cada área no solo es visualmente impactante, sino que también te invita a explorarlas con la promesa de una belleza inquietante y una atmósfera que te atrapa sin remedio.

Lords-of-the-fallen-2023 gameplay 3

Uno de los aspectos que más disfruto en este tipo de juegos es explorar incluso los pantanos más miserables, y Lords of the Fallen no decepciona. Estos escenarios ofrecen una abundancia de criaturas del pantano para enfrentar y trampas de estado corrosivo que debes esquivar. A diferencia de los mundos abiertos como Elden Ring, donde puedes deambular libremente, Lords of the Fallen adopta un enfoque más clásico con un diseño de niveles intrincado, donde los biomas se entrelazan de formas ingeniosas, creando un mundo que se siente vivo y coherente.

Lo más ingenioso es cómo el juego mezcla los entornos sin siquiera salir de ellos. Lo logra a través de la mecánica única de la lámpara umbral, que te permite viajar al mundo de Umbral, una versión decadente y descompuesta del entorno en el que te encuentras. Alzando esta lámpara, obtienes destellos de este otro mundo, lo que te permite interactuar con él (como desbloquear caminos ocultos bajo la luz de la lámpara) sin tener que sumergirte por completo.

Pero este viaje a Umbral no está exento de peligros. Los no muertos te acecharán con una ferocidad creciente, y cuanto más tiempo pases en este estado, más agresivos se volverán. La atmósfera es densa y opresiva, siempre sientes que algo está detrás de ti, acechando. Sin embargo, hay un aliciente tentador: cuanto más tiempo permanezcas en Umbral, tus ganancias de Vigor, la moneda del juego para subir de nivel y comprar objetos, se multiplican exponencialmente.

Lords of the Fallen sobresale en ofrecer biomas variados y fascinantes, lo que compensa en parte algunos de sus defectos. A estas alturas, ya he recorrido el arduo camino de los juegos tipo Souls, y reconozco cuando un juego tropieza en cuestiones de equilibrio y progreso personal. Hay momentos en los que me sorprende ver que este nuevo título repite problemas que ya se veían en su entrega original.

Si decides mantener el círculo y levantar la lámpara completamente, serás transportado a este nuevo mundo de Umbral, donde todo está muerto y en descomposición. Calaveras dispersas y estructuras caídas te rodean, evocando una atmósfera de pesadilla digna del mejor horror de Giger. Aquí, la navegación y la resolución de acertijos toman un giro macabro, añadiendo una capa de tensión que no se encuentra en el mundo normal.

En un juego de rol de acción bien diseñado, el jugador aprende a superar los desafíos desarrollando nuevas tácticas, explorando con cautela, y adaptando su estilo de juego. Un buen ritmo en el combate permite avanzar con fluidez, atacando con precisión en una danza caótica pero satisfactoria. Sin embargo, en ciertos biomas de Lords of the Fallen, esa fluidez se rompe cuando el juego te lanza oleadas interminables de enemigos, desprovistos de orden o lógica. Es un reto, sí, pero uno que se siente más como un obstáculo que como una oportunidad para mejorar. Buena suerte.

Este es el talón de Aquiles de un Soulslike que, de otro modo, podría haber sido una experiencia competente y gratificante. Los momentos en los que te sumerges en paisajes asombrosos, disfrutando de esa inmersión que te atrae a estos juegos, se ven empañados por una rutina agotadora. El ciclo de cargar, avanzar mínimamente, morir, reaparecer y repetir se convierte en una tarea ardua, que drena la esencia misma del juego y lo transforma en una prueba de paciencia.

Pero no es solo la jugabilidad lo que sufre; también los problemas técnicos actúan como mil pequeños cortes que minan la experiencia. Uno de los más frustrantes es la pérdida de memoria, que provoca caídas en la tasa de fotogramas y trabas después de sesiones prolongadas. Si bien es posible que un parche de día uno lo solucione, aún está por verse si este problema se resuelve por completo.

Los enfrentamientos con los jefes, que deberían ser el punto álgido de la adrenalina, oscilan entre lo trivial y lo injusto dependiendo de tu configuración. Un momento estás derribando una monstruosidad de carne o un caballero bañado en sangre, y al siguiente, te enfrentas a un enemigo cuyo patrón de ataque es tan impredecible y brutal que roza lo exasperante. Pongámoslo de esta manera: si Lies of P, un juego que considero excelentemente equilibrado, necesitó ajustes tras su lanzamiento, Lords of the Fallen sin duda los necesitará también.

Para un juego que promete versatilidad y opciones en su configuración de clases, algunos de sus encuentros carecen de la flexibilidad necesaria para permitirte dominar el campo de batalla. Incluso con una configuración equilibrada, combinando ataques a corta y larga distancia, me encontré en una situación donde un jefe me obligó a mantenerme a distancia, disparando flechas desde una cornisa.

¿El problema? La munición del arco es un recurso limitado, y solo puedes llevar una cantidad específica a la vez. Cuando mis flechas se agotaron y el jefe no me permitió acercarme, me quedé sin opciones. La única alternativa viable fue dedicar horas a perfeccionar las habilidades necesarias para convertirme en un hechicero, con la esperanza de que esta estrategia funcionara. Una solución que, francamente, no me entusiasma.

Si parece que estoy siendo crítico, es porque realmente veo el potencial de Lords of the Fallen para ser algo brillante. Hay elementos que funcionan a la perfección y aportan fluidez a la experiencia. El modo cooperativo, por ejemplo, es impecable y no requiere complicaciones ni recursos para invocar a un compañero.

La lámpara Umbral, un concepto fascinante, también se luce en combate, ofreciéndote un respiro en los momentos más intensos. Puedes usarla para arrancar el alma de un enemigo temporalmente, dejándolo vulnerable a tus ataques o incluso empujándolo a su destino en un abismo. Además, si no has entrado en el mundo Umbral durante una partida, obtienes una “vida extra” cuando pierdes toda tu salud, transportándote a la sombría tierra de los no muertos.

Conclusión:

Lords of the Fallen supera a su predecesor en muchos aspectos, pero aún lucha por estar a la altura de los gigantes del género. No obstante, no es por falta de ambición. El juego ofrece biomas que son tan variados como impresionantes, y su atmósfera es innegablemente envolvente. Las mejoras en la calidad de vida contribuyen a una experiencia más fluida, pero el desequilibrio en las configuraciones y las peleas con jefes hacen que el juego se sienta desorganizado.

Sumado a los errores técnicos actuales, Lords of the Fallen aún tiene un camino por recorrer. Con suerte, con algunos parches y ajustes, podrá reclamar su lugar entre los grandes del género

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Lords of the Fallen: Un Abismo sin fondo – Review
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7
Puntuacion
mad mario