Cuatro años de anticipación culminan con la llegada de Black Myth: Wukong, el tan esperado título del estudio Science Works. Este juego de rol de acción nos sumerge en una reimaginación vibrante de la mitología china del Viaje al Oeste, con paisajes que quitan el aliento, combates coreografiados con precisión y jefes que pondrán a prueba tanto tus habilidades como tu temple. Es fácil entender por qué este juego ha mantenido a la comunidad de jugadores en vilo durante tanto tiempo.
Después de años de hype, Black Myth: Wukong finalmente entrega lo prometido: un mundo cruel pero cautivador, rebosante de misterio y peligro. Cada rincón del mapa invita a la exploración, pero también a la precaución. Aunque su ambición desmedida le impide ser la obra maestra definitiva que muchos esperaban, lo que ofrece es un viaje que dejará huella. Prepárate para una experiencia que te mantendrá al filo del asiento.
Wukong: El Guerrero Mítico
En este épico viaje, encarnas a ‘El Destinado’, un héroe de leyenda que se aventura hacia Occidente en busca de reliquias místicas, enfrentándose a criaturas de pesadilla y sectas peligrosas que intentarán detenerte a toda costa.
Tomando el control de Sun Wukong, un guerrero cuya influencia ha sido omnipresente en el género de combate, por fin tienes la oportunidad de experimentar el poder de este legendario Rey Mono. Con su bastón mágico y su habilidad para invocar hechizos devastadores, incluso tomando la forma de bestias poderosas, te preguntarás cómo nunca antes se había hecho un juego con semejante potencial.
Black Myth: Wukong te atrapa desde el primer instante. Los exuberantes entornos son tan surrealistas como fascinantes, cada uno más extraño y cautivador que el anterior. Tu aventura comienza en una selva espesa y ancestral, donde los restos de lagartos bípedos se mezclan con secuaces lobunos y gólems bebé cuyas cabezas desproporcionadas los hacen tropezar torpemente. La atmósfera es densa, llena de misterio y amenaza constante.
Este escenario no es otro que la Montaña del Viento Negro, una adaptación de uno de los capítulos más icónicos de Viaje al Oeste. Aunque no puedo hablar de la fidelidad exacta al material original, lo que se nos presenta es un paisaje que brilla con una belleza macabra: la luz nublada del día se cuela entre los árboles, bañando de sombras ancestrales los caminos empedrados y los pantanos que ocultan ranas asesinas bajo los nenúfares, listas para atacar cuando menos te lo esperes.Y esto es solo el comienzo.
Los escenarios de Black Myth: Wukong continúan sorprendiéndote con su realismo. Las cimas de montañas cubiertas de nieve, marcadas por cientos de cadáveres caídos, solo ofrecen refugio en los monasterios que ocultan a monjes despiadados, maestros de las artes marciales, que aguardan ansiosos el momento de desafiarte.
En lo profundo de la tierra, te adentrarás en cuevas donde la oscuridad solo es interrumpida por la tenue luz de antorchas olvidadas y los delicados rayos de la luna que se filtran a través de grietas en el techo. Estos abismos subterráneos son hogar de criaturas que parecen extraídas de una pesadilla: arañas colosales cuyas sombras se arrastran por las paredes, y enjambres de insectos con pinzas tan letales como las espadas de guerreros entrenados. Cada paso retumba en el eco del peligro.
Los personajes que encuentras a lo largo de tu viaje son tan excéntricos como fascinantes. Desde un sabio con cejas que parecen ramas marchitas y cabello que brota de lugares inesperados, hasta un aventurero sin cabeza que toca melodías inquietantes en su Sanxian mientras canta cuentos antiguos. Estas figuras parecen salir de sueños febriles, cada una tejiendo una narrativa única en los rincones de este mundo. La estructura episódica del juego, donde cada capítulo te transporta a un nuevo mapa y a un nuevo elenco de personajes, añade frescura a cada etapa del viaje. A diferencia de los mundos abiertos convencionales, esta segmentación refuerza el sentido de descubrimiento continuo.
Sin embargo, Black Myth: Wukong no está exento de tropiezos. La obsesión del juego por una fidelidad gráfica extrema puede, en ocasiones, jugar en su contra. Te encontrarás anhelando alguna pista visual, un rastro de pintura amarilla que te guíe a través de sus vastos paisajes, solo para chocar contra paredes invisibles que frustran tu exploración.
Es un síntoma de los tiempos modernos en el diseño de videojuegos. Títulos como Lies of P manejan mejor la separación de entornos, al estar sus escenarios confinados a calles y plazas más comprensibles. Aquí, en cambio, esa misma fidelidad que te maravilla visualmente a veces confunde, haciendo que los niveles, aunque bien ejecutados, carezcan de la intrincada fluidez de otros juegos de rol de acción más pulidos.
No cabe duda de que Black Myth: Wukong es una obra visualmente espectacular, pero esa belleza viene acompañada de un coste inesperado. A pesar de contar con un hardware más que decente —un Intel Core i7-10700F y 32 GB de RAM respaldados por un SSD—, mi PC luchaba por mantener el ritmo del juego, sufriendo congelamientos ocasionales, tartamudeos y fallos intermitentes. No estamos al nivel del caótico lanzamiento de Cyberpunk 2077, pero las imperfecciones técnicas siguen presentes. Además, la localización aún no está completamente finalizada, con menús y HUD que aparecen en chino, recordándonos que el juego todavía está en proceso de refinamiento.
Esto crea una experiencia desconcertante, donde los personajes a veces alternan entre inglés y chino en el mismo diálogo. ¿Es una elección estilística? ¿O una falla pendiente de corregir? Sea cual sea la respuesta, esa inconsistencia te saca de la inmersión. Aunque un parche reciente ha mejorado algunos de estos problemas, la fluidez sigue siendo algo a tener en cuenta.
¿Wukong Es un Soulslike o un hack’n slash?
El mayor misterio de Black Myth: Wukong sigue siendo su identidad. ¿Es un Soulslike? ¿O una experiencia de acción más cercana a Bayonetta? La realidad es que el juego toma lo mejor de ambos mundos, amalgamando mecánicas familiares en una experiencia que, si bien no del todo innovadora, se siente pulida y accesible para una amplia gama de jugadores. Encontrarás elementos como curaciones limitadas y puntos de descanso que resetean enemigos y recursos, muy al estilo de Elden Ring, pero sin el temor constante de perderlo todo al morir. Aquí, conservas tu experiencia, y aunque no hay opciones de dificultad, aquellos que persistan serán recompensados con habilidades y destrezas significativas, adaptables en cualquier santuario.
Así que, si me obligaran a definir a Black Myth: Wukong con una pistola en la cabeza, diría que su espíritu más cercano es al de Stellar Blade de este año.**
Black Myth: Wukong se posiciona con firmeza entre los titanes del género. Aunque más desafiante que títulos de combate como Bayonetta, no llega a la brutalidad de Sekiro: Shadows Die Twice. Sin embargo, el verdadero reto del juego se siente en sus primeras horas, cuando el ritmo aún no ha encontrado su compás y el jugador está apenas adaptándose a la intensidad. Durante el primer tercio del juego, Black Myth: Wukong se asemeja a una serie de enfrentamientos contra jefes, con pocas pausas entre ellos.
No esperes las largas caminatas de regreso después de morir, ni las oleadas interminables de enemigos que te separan del jefe que te derrotó. Aquí, tras caer en batalla, te enfrentarás a solo tres o cuatro adversarios antes de estar nuevamente frente al jefe. Y cuando logras derrotarlo, apenas unos pasos después ya te encuentras cara a cara con un minijefe, como si el juego no te permitiera bajar la guardia ni por un momento.
Si te encuentras con dificultades —porque no hay bloqueos ni paradas hasta que desbloqueas una habilidad específica con un largo tiempo de reutilización— y no estás en tu mejor forma, esquivando y golpeando en los momentos justos, puede que te sientas atrapado. No hay trucos aquí; simplemente debes mejorar.
Lo curioso es que el juego te ofrece más oportunidades para “volverte bueno” más adelante, cuando puedes respirar un poco entre las luchas contra jefes. De manera un tanto discordante con su inicio, el juego introduce más secuaces entre los jefes, lo que te permite estudiar sus patrones de ataque y perfeccionar los tuyos.
Es en estos momentos de respiro donde aprendes a apreciar las animaciones detalladas y los complejos conjuntos de habilidades de Black Myth: Wukong. El árbol de habilidades te abre un abanico de posibilidades, permitiéndote desbloquear tres posturas con tu bastón: Postura del Pilar, Postura de Estocada y Postura de Aplastamiento. Puedes cambiar entre ellas en cualquier momento durante el combate, y cada una se distingue por su devastador ataque pesado.
La Postura del Pilar, con una animación tan fluida como satisfactoria, te permite cargar tu Concentración (un medidor utilizado para tus ataques más poderosos), elevarte sobre tu bastón y extenderlo en un instante, ideal para esquivar ataques terrestres y luego descender con furia sobre tus enemigos. Esta mecánica no solo es estratégica, sino que visualmente es un espectáculo.
Pero esto es solo el principio del brillante trabajo de animación en Black Myth: Wukong. Cada giro de tu bastón, cada ráfaga de golpes, y hasta los movimientos de tus enemigos, que esquivan y bailan alrededor de ti, casi burlándose, están meticulosamente diseñados. Cuando finalmente ejecutas el último golpe de un combo complejo, la satisfacción es absoluta.
El diseño de los jefes en Black Myth: Wukong es, sin duda, uno de sus puntos más fuertes: llamativo, refrescante y desafiante. No desvelaré aquí los detalles específicos, pero prepárate para enfrentarte a criaturas míticas deslumbrantes y a psicópatas repulsivos. Lo que puedo decirte es que cada jefe es único y no se apoya en fórmulas predecibles.
Las grandes bestias que se arrastran por el campo de batalla siempre han sido mis favoritas; disfruto esquivando y deslizándome bajo sus colosales patas, enfrentándome a enemigos diez veces más grandes que yo. Sin embargo, como ocurre en estos juegos, mis verdaderos némesis son los enemigos humanoides bípedos que se mueven más rápido que yo. Estos rivales siempre logran ponerme a la defensiva, y estoy seguro de que harán lo mismo con muchos jugadores.
Enfrentarme a un jefe bípede es, precisamente, lo que me tiene atrapado en este punto del juego, ya con casi cuarenta horas invertidas. Estoy seguro de que estoy cerca del penúltimo capítulo, pero este adversario me ha obligado a memorizar cada barrido de su ataque, cada momento en que anuncia su devastadora área de efecto, y cuál es el mejor ángulo para escapar a tiempo. Peleas como esta son las que te hacen reconsiderar todo tu equipo, tus habilidades, e incluso replantearte tu estilo de juego.
Algunas batallas son tan exigentes que eliminan por completo la posibilidad de usar ciertas habilidades. Recuerdo una pelea que me hizo abandonar por completo mis tácticas habituales, ya que cada intento de usar mis habilidades resultaba inútil frente al estado defensivo impenetrable del jefe. Fue en este punto donde tuve que revisar cada pequeña pasiva y combo en mi árbol de habilidades, explorando nuevas estrategias y adaptándome. Más juegos deberían ser como Black Myth: Wukong: te exigen más y te ponen a prueba constantemente.
Tus habilidades y destrezas se vuelven esenciales para superar los combates más difíciles del juego. Algunas de ellas son increíblemente ingeniosas: “Cloudstep” te permite crear un señuelo mientras te vuelves invisible, amplificando el daño si atacas mientras estás disfrazado. “Immobilize” te congela a un enemigo en su lugar, permitiéndote tomar un respiro en medio del caos.
Estas habilidades se combinan perfectamente con ataques como “A Pluck of Many”, que despliega múltiples clones de ti mismo para acumular daño mientras un jefe queda paralizado. Pero mi favorito es “Transform”, que te permite adoptar la forma de varias criaturas míticas, cada una con su propio conjunto de elementos—escarcha, fuego, entre otros—para infligir efectos devastadores. Es una habilidad crucial para los momentos desesperados, ya que mientras estás transformado, no puedes morir. Incluso si tu salud se agota, regresas a tu forma original, dándote esa oportunidad extra para superar una pelea difícil.
Black Myth: Wukong es una obra maestra visual que guarda muchos secretos y habilidades de calidad que cambiarán tu manera de jugar. La narrativa alcanza su punto más alto al final de cada capítulo, con cinemáticas deslumbrantes que ofrecen viñetas de la historia antes de sumergirte en tu próxima aventura en una nueva tierra. Cada escena está realizada en un estilo único, dándole a la historia una profundidad visual que es tan impresionante como su gameplay.
Por supuesto, lo que lees aquí podría cambiar cuando tengas el juego en tus manos, ya que GameScience sigue trabajando arduamente para mejorar la experiencia. El estudio está comprometido a perfeccionar el juego antes de su lanzamiento, y yo también estoy ansioso por verlo completo.
He jugado y revisado muchos juegos como este, pero créeme cuando digo que Black Myth: Wukong es implacable. Un par de parches centrados en el equilibrio podrían hacer maravillas para suavizar algunas de las dificultades, especialmente contra los jefes de final de capítulo que dejarán a muchos jugadores frustrados. Convertir un juego que se enfoca tanto en esquivar en una experiencia más accesible podría abrir las puertas a una audiencia aún más amplia, manteniendo el desafío, pero ofreciendo más opciones estratégicas.
Conclusión:
A pesar de que un simple parche de optimización podría llevar a Black Myth: Wukong a cumplir con toda su ambición, este RPG de acción es una experiencia impresionante y profundamente inmersiva. La historia y el mundo de Journey to the West se adaptan maravillosamente al género de acción, ofreciendo criaturas míticas y jefes fascinantes con un diseño espectacular.
Con una de las propuestas más exigentes en términos de gráficos y combate, este juego te sumergirá en su mundo mientras aplastas bestias colosales con habilidades mágicas asombrosas. Este viaje al Oeste es, sin duda, una travesía que valdrá cada segundo de espera.