Doom The Dark Ages cover 2

Doom: The Dark Ages – Review

La furia del Slayer en tiempos medievales

Doom the dark ages cover box art
Release Date
Mayo 15, 2025
Desarrollado por:
id Software
Publicado:
Bethesda Softworks
Genero:
Shooter
Plataformas
PlayStation, PC, Xbox Series
Our Score
9.5
Pagina Oficial

id Software ha desatado nuevamente al Slayer, pero esta vez, en una era que nadie esperaba. DOOM: The Dark Ages es una carta de amor al metal, a los cuentos de horror medievales y, por supuesto, al combate visceral que ha definido la franquicia desde sus inicios. Bethesda e id se han atrevido a dar un giro completo a la fórmula moderna de DOOM, llevándonos del caos infernal futurista de DOOM Eternal a un pasado bañado en sangre, donde el acero y el fuego reemplazan al plasma y las balas de alta tecnología. Pero, ¿puede este cambio de época mantener la intensidad que ha hecho de DOOM un ícono? Spoiler: sí, y lo hace con una brutalidad majestuosa.

Desde el primer instante, DOOM: The Dark Ages no se anda con rodeos. El Slayer despierta en un mundo que parece sacado de un infierno medieval. Castillos góticos, cielos tormentosos, monstruosidades infernales cubiertas con armaduras de hueso… Todo rezuma una atmósfera densa, lúgubre, casi como si Dark Souls se hubiese cruzado con una banda sonora de Mick Gordon y hubiese decidido ponerse ultra violento.

La narrativa, aunque sigue siendo secundaria frente a la acción, da pasos firmes en la construcción del universo. Aquí, el Slayer no es un simple vengador: es una figura mitológica, un arma viviente forjada por los mismísimos dioses para erradicar la corrupción demoníaca. Hay códices esparcidos que profundizan en la mitología de este mundo, y aunque el juego no te detiene para leerlos, quienes decidan hacerlo encontrarán detalles oscuros y fascinantes que enriquecen la experiencia.

Además, se introducen nuevas facciones que rivalizan con los demonios, como los Caballeros Caídos, guerreros corrompidos que una vez fueron aliados del Slayer. Estos enemigos no solo aportan variedad al combate, sino que también amplían el conflicto más allá del bien contra el mal, proponiendo matices ideológicos y dilemas morales que rara vez vemos en DOOM.

Armamento brutal, combate glorioso

id Software sigue siendo maestro en lo que mejor sabe hacer: diseñar combates que se sienten como un baile de destrucción pura. Aunque ya no tenemos los rifles de plasma ni las balas teledirigidas de DOOM Eternal, The Dark Ages compensa con creces con un arsenal medieval-oscuro que se siente pesado, satisfactorio y absolutamente letal.

La nueva arma insignia, el Skullcrusher, unas de las armas favoritas de muchos fans desde su primera presentacion y es una auténtica maravilla. Es ideal para enfrentarse a multitudes de enemigos, ya que su alcance es mucho mayor que el de casi cualquier otra arma del juego. Se siente poderosa, y su integración con las ejecuciones cuerpo a cuerpo abre nuevas posibilidades tácticas. Al cargarlo con almas demoníacas recolectadas, puede liberar un estallido aún más devastador que limpia una habitación entera.

También tenemos el Boltcaster, una ballesta pesada capaz de empalar múltiples enemigos, y la Flamebreath, una especie de lanzallamas con combustible infernal que permite controlar multitudes y activar ejecuciones en cadena. El Gorelauncher, un cañón improvisado que lanza proyectiles de carne explosiva, añade un toque grotesco pero satisfactorio al combate.

Todo el arsenal se ha rediseñado para hacer que el combate a corta distancia sea el corazón del juego. Cada arma tiene una sensación de peso y brutalidad que recuerda a los viejos tiempos, pero con una precisión moderna que hace que cada disparo o golpe se sienta deliberado y satisfactorio.

La movilidad, aunque no tan vertiginosa como en Eternal, sigue siendo clave. Saltos dobles, esquives con escudo, uso del entorno para maniobras acrobáticas… Hay una cadencia más medida, más ruda, más “caballeresca”, por decirlo así. Pero cuando logras dominarla, se convierte en una danza de muerte con un ritmo casi hipnótico.

Una adición interesante son los Duelos de Honor, combates uno a uno contra campeones demoníacos en arenas cerradas. Estos encuentros ponen a prueba tu dominio del arsenal y de los reflejos, ofreciendo desafíos intensos que rompen con el ritmo habitual del juego, y que elevan aún más la tensión narrativa.

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Doom: The Dark Ages Capturas – id Software / Bethesda Softworks

Una dirección artística para enmarcar

DOOM: The Dark Ages deslumbra con una dirección de arte impecable. El diseño de niveles es una mezcla perfecta entre lo grotesco y lo épico. Los castillos en ruinas, las criptas malditas, los campos de batalla con catapultas infernales, y los cielos que parecen desgarrarse a cada paso del Slayer crean una sensación constante de urgencia y horror.

El apartado técnico está a la altura. Las partículas, la iluminación dinámica, los efectos de destrucción y la fluidez en el rendimiento en todas las plataformas (incluyendo PS5 y Xbox Series X) garantizan una experiencia pulida y sin interrupciones. Es particularmente impresionante cómo el equipo ha logrado mantener un frame rate sólido incluso en los momentos más caóticos, con docenas de enemigos en pantalla y efectos visuales explotando por doquier.

Además, se han integrado mecánicas destructibles en los escenarios. Algunas paredes pueden romperse con el Skullcrusher para revelar rutas alternativas o cámaras secretas. También hay zonas donde puedes activar trampas medievales, como ruedas dentadas gigantes o lanzas ocultas, para despachar hordas demoníacas con estilo.

Los detalles visuales, como las estatuas profanadas, los vitrales rotos que narran batallas pasadas o los cadáveres empalados que sirven como advertencia, refuerzan una atmósfera opresiva que no da respiro. Todo el entorno habla, y lo hace en gritos de agonía.

Comparativa con DOOM Eternal: ¿mejor, peor o simplemente diferente?

Esta es la gran pregunta. DOOM Eternal fue una revolución dentro de la saga: movilidad frenética, combate ultra técnico, una curva de aprendizaje exigente y niveles que parecían arenas de batalla diseñadas para el parkour letal. En contraste, The Dark Ages propone un ritmo diferente. Es menos sobre “deslízate, dispara, salta, flamea, mata y repite” y más sobre elegir tus batallas, usar el entorno a tu favor, planear bien tus recursos y golpear con precisión.

Donde Eternal era casi un juego de estrategia en tiempo real dentro de un shooter, The Dark Ages se siente como un combate de gladiadores demoníacos. Más terrenal, más sucio, más pesado. Algunos jugadores quizás extrañen la adrenalina desbordante de Eternal, pero muchos otros agradecerán esta nueva aproximación más brutalista.

Y lo más importante: The Dark Ages no reemplaza a Eternal. Lo complementa. Son dos caras del mismo Slayer. Una representa el futuro y la velocidad; la otra, el pasado y la crudeza. Ambas, sin duda, están destinadas a ser recordadas.

Además, se nota que The Dark Ages aprende de los errores de su predecesor. La curva de dificultad es más gradual, los tutoriales están mejor integrados, y el diseño de niveles favorece tanto la exploración como el combate. Esto lo convierte en una puerta de entrada más accesible para nuevos jugadores, sin sacrificar la profundidad para los veteranos.

No se puede hablar de DOOM sin hablar de su música. Aunque Mick Gordon no regresa para esta entrega, el nuevo equipo musical ha hecho un trabajo espectacular. Las guitarras pesadas siguen ahí, pero ahora se mezclan con coros góticos, tambores tribales, campanas y cantos que evocan rituales antiguos. El resultado es una banda sonora atmosférica, potente y que marca perfectamente el tono del juego.

El diseño sonoro acompaña perfectamente: los gruñidos de los demonios, el chocar del acero, los crujidos de huesos al romperse. Todo te hace sentir presente en ese mundo de pesadilla. Incluso los pasos del Slayer suenan más pesados, más amenazantes, como un recordatorio constante de que esta vez, la guerra se libra con hierro y fuego.

Un punto extra es el uso del sonido 3D para crear una experiencia inmersiva total. Oir los gruñidos de un enemigo acechando detrás de una pared o sentir la vibración sutil antes de una emboscada eleva la tensión en los momentos más inesperados.

La crítica especializada no ha tardado en elogiar DOOM: The Dark Ages. Sitios como IGN, GameSpot y Eurogamer han coincidido en que el cambio de ambientación ha sido un riesgo bien ejecutado, destacando su ambientación inmersiva y el rediseño del combate como aspectos sobresalientes. Algunos lo comparan con una mezcla entre DOOM y God of War, por su brutalidad estética y peso narrativo.

Por otro lado, algunos medios han señalado que el ritmo más lento podría no gustar a quienes esperaban una experiencia tan ágil como DOOM Eternal. Sin embargo, incluso estas críticas reconocen que el juego logra mantenerse fiel al espíritu de la saga, reinventándose sin perder el alma que ha hecho de DOOM una leyenda del FPS.

Además, se ha valorado positivamente la rejugabilidad del título gracias a sus secretos, desafíos especiales y modos de dificultad personalizados que recompensan la experimentación. The Dark Ages se perfila no solo como un gran juego de lanzamiento, sino como uno que mantendrá a los jugadores regresando por más durante meses.

Conclusion:

DOOM: The Dark Ages no es un simple experimento con estética medieval. Es una declaración de principios. Una prueba de que incluso las franquicias más veteranas pueden renovarse sin traicionar sus raíces. En vez de seguir repitiendo la fórmula de DOOM Eternal, id Software ha optado por mirar hacia atrás —no solo en el tiempo narrativo, sino también en lo estético, lo visceral, lo crudo— y ha construido algo que se siente a la vez antiguo y fresco, feroz y solemne.

¿Funciona el cambio de época? Absolutamente. La ambientación medieval no solo sirve de telón de fondo, sino que moldea el ADN del juego. Desde la manera en que peleas hasta cómo exploras el mundo, todo ha sido reformulado para adaptarse a esta nueva visión de la guerra infernal. Y sin embargo, sigue siendo DOOM. En cada explosión, en cada ejecución, en cada riff de guitarra, se siente la sangre que corre por las venas de esta saga legendaria.

¿Qué gana? Un universo más rico, una narrativa más inmersiva, una ambientación visualmente descomunal y un combate que, aunque más pausado, se siente igual de despiadado y satisfactorio. Es un título que no le teme a la oscuridad, y que se atreve a hundirse en ella con una sonrisa sangrienta.

¿Qué pierde? Parte del vértigo que caracterizaba a DOOM Eternal, y quizás parte de la locura técnica que definía sus arenas. Algunos veteranos extrañarán esa velocidad insana y esa danza aérea de balas y fuego. Pero lo que se gana a cambio es un juego con más carácter, más atmósfera y más sustancia.

¿Es para todos? No exactamente. Quienes busquen un shooter frenético y sin respiro pueden sentirse sorprendidos por el ritmo más denso y deliberado. Pero quienes entren con la mente abierta y el deseo de experimentar algo diferente, encontrarán aquí uno de los juegos más memorables del año.

¿Y el legado? The Dark Ages demuestra que DOOM no está atado a un solo estilo, ni a una sola época. Es un arquetipo, una fuerza, una actitud. Y mientras esa esencia se mantenga —ese grito de guerra contra lo imposible—, el Slayer podrá conquistar cualquier era.

Doom The Dark Ages cover 2
Doom: The Dark Ages – Review
Conclusion
Un DOOM que honra el pasado, masacra el presente y desafía el futuro.
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Positivo
La dirección de arte y ambientación medieval es espectacular.
El nuevo arsenal tiene peso, estilo y creatividad
El combate mantiene su intensidad, pero con un enfoque táctico.
Banda sonora brutal, épica y acorde al nuevo tono.
Historia más rica sin robar protagonismo a la acción.
Negativo
Algunos fans pueden extrañar la movilidad extrema de DOOM Eternal.
El ritmo más denso no será del gusto de todos.
Faltan más modos alternativos para aprovechar la rejugabilidad al máximo.
9.5
Puntuacion
Xbox Series S por santana Parker Behance