Tras el éxito de Dying Light 2: Stay Human, Techland vuelve con una entrega que promete llevar el survival parkour a su versión más salvaje y visceral: Dying Light: The Beast. En esta nueva historia, ya no somos solo sobrevivientes. Somos un experimento biológico, una fiera marcada por la noche y perseguida por quienes temen lo que podríamos convertirnos.
Una ciudad nueva, una amenaza aún más oscura
Ambientado en la ciudad de Varron, un complejo urbano dividido por facciones y cubierto de ruinas, The Beast nos introduce en un ecosistema donde la línea entre humano y monstruo es cada vez más delgada. El jugador encarna a Kellen, un exsoldado infectado que lucha por conservar su humanidad mientras su cuerpo comienza a mutar lentamente.
La narrativa se aleja del tono político de la entrega anterior y se sumerge en un conflicto mucho más íntimo: el del alma contra la bestia. ¿Hasta qué punto estás dispuesto a perderte para sobrevivir?
Jugabilidad bestial y más vertical que nunca
Techland refuerza las bases del parkour, pero ahora añade nuevas mecánicas ligadas a las mutaciones del protagonista. A medida que Kellen evoluciona, desbloquea habilidades brutales como:
- Golpes bestiales que rompen defensas humanas.
- Capacidad de olfatear enemigos en la oscuridad.
- Velocidad sobrehumana por periodos cortos.
Pero el precio es alto: cuanto más poder uses, menos humanidad conservas, y eso afecta las decisiones narrativas, las relaciones con NPCs y los eventos clave de la historia.
La noche vuelve a ser el verdadero enemigo
En The Beast, la oscuridad no solo es más peligrosa: es impredecible. Nuevas clases de infectados deambulan en las sombras, y algunos parecen responder al olor de tu mutación. Los refugios ya no son siempre seguros. La tensión es constante. El sonido, la luz y hasta tu ritmo cardíaco influyen en cómo los enemigos te detectan.
Por si fuera poco, la IA se ha rediseñado para ser más agresiva de noche, formando emboscadas o bloqueando rutas de escape si detectan patrones en tu movilidad.
Decisiones con peso real
Uno de los pilares de esta entrega es cómo manejas la “bestia” dentro de ti. Cada acción puede inclinarte hacia la salvación o la condena. ¿Salvas a un niño a costa de exponerte al virus? ¿Te alimentas de un cadáver para sobrevivir otra noche más? Tus decisiones alteran eventos clave, facciones aliadas y hasta el final del juego.
Techland ha prometido múltiples finales, con ramas argumentales que se separan radicalmente según tu nivel de corrupción viral.
Exploración y combate en evolución
La ciudad de Varron está viva y cambia según el ciclo día-noche. Techland ha implementado eventos dinámicos, tormentas que afectan la movilidad, y zonas que solo pueden ser exploradas cuando estás lo suficientemente mutado para resistir la radiación o las hordas especiales.
El sistema de combate también se ha profundizado: nuevas armas orgánicas, trampas adaptativas, y enemigos que reaccionan según tu estilo de juego. Incluso puedes desarrollar “formas bestiales” temporales que cambian por completo tu movilidad y ataque.
Fecha de lanzamiento y expectativas
Dying Light: The Beast está programado para finales de 2025 en PC, Xbox Series X|S y PS5. Techland ha confirmado que el juego estará jugable en Gamescom 2025 con una demo extendida, y se esperan más detalles en The Game Awards.
Con un enfoque más oscuro, decisiones profundas y una mecánica de corrupción progresiva, esta podría ser la entrega más intensa de toda la saga. La pregunta es: ¿lograrás controlar a la bestia… o te convertirás en ella?
